El paciente infantil no es un adulto en miniatura

Dra. Asunción Mendoza

 Presidenta de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP). Catedrática de Odontopediatría de la Facultad de Odontología, Universidad de Sevilla

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FUENTE ORIGINAL DE LA PUBLICACIÓN

Revista Maxillaris – 265 febrero

La atención dental infantil ocupa un papel relevante dentro de la salud pública, donde se ha realizado una gran labor a través del Programa de Asistencia Dental Infantil en el que los niños entre 12 y 15 años se benefician, de forma gratuita, de la atención dental básica. Hemos de reconocer que gracias a este programa se han salvado muchos primeros molares permanentes y promocionado medidas de salud bucodental. Pero estos resultados son insuficientes cuando los comparamos con las medidas de otros países de nuestro entorno, tanto por el nivel como por el sistema de atención empleados, con un mayor grado de especialización. Y es precisamente este papel el que debería desempeñar la Odontopediatría en España.

  
La creación de especialidades es un proceso que se ha puesto en marcha varias veces en nuestro país, pero no ha sido hasta ahora -con la aparición del nuevo Proyecto de Real Decreto de Especialidades- que desde el Ministerio de Sanidad, el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos, la Comisión de Especialidades y las universidades, está tomando nuevo impulso. Creo que la Odontopediatría debe figurar como una de las primeras especialidades de la Odontología, no solo porque así está presente en la mayoría de los países de la Comunidad Económica Europea sino porque, al igual que la cirugía maxilofacial, forma parte del sistema asistencial español como he citado al inicio de estas palabras.

 

Pero las metas no se cumplen solo con anhelarlas. El año pasado tomé posesión del cargo de Presidente de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) y como tal dedicaré todo el esfuerzo posible, como así lo han hecho los que me han precedido, en difundir la Odontopediatría e impulsar el papel que debe desempeñar dentro del resto de disciplinas de la Odontología. La Odontopediatría, la Ortodoncia, la Cirugía Oral y la Periodoncia, deben de ser implantadas como especialidad en España tal como ocurre en el resto de Europa.


Afortunadamente hoy día se está imponiendo el tratamiento integral del paciente. El problema que existe en el paciente infantil es que el odontólogo español interpreta al niño como un “adulto en miniatura”, con sus mismas patologías y necesidades. Esta situación ha venido provocada por la falta generalizada de un adecuado entendimiento de la Odontopediatría, que deriva en que no se tengan en cuenta aspectos tan importantes como la psicología, la prevención, la fisiopatología de la erupción y el recambio dentario, la traumatología dentaria, la patología pulpar en el diente temporal y en el diente permanente en desarrollo o el propio desarrollo de las arcadas en un paciente en crecimiento, sin analizar de qué forma puede repercutir todo ello en el futuro del paciente infantil como adulto.

 

Tal como exponen la EAPD (European Academy of Paediatric Dentistry), la AAPD (American Academy of Paediatric Dentistry), así como la propia SEOP, del mismo modo que la Pediatría ocupa una importante posición dentro de las especialidades médicas, la Odontopediatría debe hacerlo dentro de las especialidades odontológicas, en cuanto está orientada a mantener la salud buco-dental de forma integral e ininterrumpida del paciente joven desde su nacimiento hasta la finalización del crecimiento. Esto no solo consiste en la preparación del profesional en las diferentes áreas del conocimiento odontológico sino en su especificidad, lo que exige no solo una preparación universitaria, sino una formación continua y actualizada.

 

Antes de tratar a un niño debemos pensar si estamos capacitados para ello; la mayoría de las fobias del paciente adulto se deben a una mala praxis recibida durante la infancia. Hemos de imponer la ética y la deontología en nuestro gabinete: si no nos sentimos competentes, debemos derivar al niño a un profesional especializado en Odontopediatría, de la misma manera que lo hacemos con otras especialidades. Por todo ello, no puedo dejar de ofrecer el mejor consejo a los dentistas que quieren tratar niños en sus clínicas y es que inviertan en formación especializada, exhaustiva, eminentemente práctica y de calidad. 

 

Para un odontopediatra es difícil entender cómo desde las consultas se buscan diferentes especialistas (ortodoncistas, periodoncistas, etc.) mientras que se prescinde de un odontopediatra porque entienden que el niño puede ser tratado por generalistas. Nada más lejos de la realidad cuando comprenden que una atención especializada en Odontopediatría proporciona a las clínicas un crecimiento sostenible de pacientes y no solo infantiles sino de toda la familia.